“Decidir una vez cada cierto número de años qué miembrosde la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el Parlamento:ésa es la verdadera esencia del parlamentarismo burgués,tanto en las monarquías constitucionales parlamentariascomo en las repúblicas más democráticas”. Lenin
Este año, nuevamente el bloque en el poder moverá sus piezas a lo largo
de la coyuntura electoral para seguir manteniendo, profundizando y
perfeccionando el modo de producción capitalista en su fase neo-liberal. A su
vez, se reitera la dinámica de proponer mejoras al régimen democrático burgués,
buscando agotar al máximo todas sus instancias, como se deja ver por ejemplo
con la propuesta de una Asamblea Constituyente, la que implicaría el fin a la
Constitución de 1980. Lo mismo ocurre con la democratización de las
instituciones políticas y la apertura a la participación popular, entre otras.
Se trata de un sinfín de matices propuestos por la oposición burguesa, mientras
la derecha continuará operando para profundizar y proyectar el actual gobierno
del presidente Piñera.
Más allá de analizar cada candidato, propuesta y programa de las elecciones
próximas, como Juventud Guevarista creemos necesario plantear qué praxis y
postura es la que creemos debería tomar el conjunto de la izquierda
revolucionaria hoy.
Por una parte, nos parece abiertamente erróneo plantear que, con los grados de
acumulación de fuerza actuales en el campo popular, con el contenido de las
demandas de los movimientos, sumado a la falta de un programa y un proyecto
político revolucionario de los trabajadores y el pueblo, se puedan llevar a
través de las elecciones las demandas del conjunto de la clase y el pueblo. Si
bien el ascenso de las movilizaciones ha ido desarrollando el nivel de las
demandas de nuestra clase, éstas aún no son profundas ni proyectan las
contradicciones antagónicas con el régimen burgués y el modo de producción
capitalista. Creemos que tales demandas pueden ser capitalizadas por los
partidos social-demócratas (incluyendo al PC) y en menor grado, por el
progresismo.
Es iluso creer que con la “conquista democrática” del Ejecutivo se podrían
hacer verdaderos cambios, ya que como hemos podido analizar a partir de las
dinámicas políticas del Chile contemporáneo, el régimen presidencialista es
sólo una fachada de lo que realmente es este sistema político. Esto, porque sus
fuerzas recaen en un parlamento, y porque además cuenta con un poderoso auxilio
militar, policial y eclesiástico. Hoy, más que ocupar nuestras fuerzas y
energías en “contra-atacar” la coyuntura política burguesa y sus instituciones,
creemos que la tarea de los revolucionarios es ir construyendo conciencia de
clase y organizaciones revolucionarias de base. Pues de esta manera, será
posible mostrarle a nuestra clase que los verdaderos cambios no serán
realizados ni por la oligarquía, ni por la burguesía, sino que será vida y obra
del pueblo.
Es preciso rescatar la teoría marxista como guía de acción para los “próximos
enfrentamientos”, sin caer en dogmas ni deformaciones autoritarias, sino
absorbiendo aquella parte que tanto enriqueció a sujetos como Mariátegui, Mella
y el Che, entre otros compañeros que dieron su vida en las trincheras del
pueblo. Sabemos que la institucionalidad burguesa es uno de los tantos frentes
de lucha que se pueden utilizar para la acumulación de fuerzas revolucionarias,
el problema surge cuando ésta deja de ser un medio y comienza a entenderse como
un fin en sí mismo. Dicha situación se hace aún más grave cuando entendemos que
en el período actual es realmente imposible acumular o rescatar algo en este
sentido. Como dijo alguna vez Mario Roberto Santucho: “un grave error
sería creer que a través de las elecciones es posible encontrar algún tipo de
soluciones a los problemas de fondo de la clase obrera, del pueblo y nuestra
patria”.
Desde Juventud Guevarista, creemos que el llamado a los trabajadores y
trabajadoras, al pueblo en su conjunto, es a crear política revolucionaria, a
seguir construyendo el socialismo, por el camino del Che, Miguel, don Clota y
Recabarren. Éste es el camino que el mismo pueblo debe construir, el del Poder
Popular, y por eso nuestro llamado NO ES a no votar o a funar las elecciones,
sino que a seguir impulsando desde nuestros espacios las orientaciones
revolucionarias que apunten estratégicamente hacia el Poder Popular y el
Socialismo. Sabemos que esto no será hoy ni mañana, puesto que el camino es
largo, pero también sabemos que con este impulso vamos de a poco reconstruyendo
todo lo que un día, de manera abrupta, se nos quitó.
La fuerza y la conciencia de nuestra clase, el ánimo y la fe de que el único
camino es el de la lucha y la organización (y no el del oportunismo electoral),
nos deben llevar a poner todas nuestras fuerzas en la reconstrucción de la
política y la organización revolucionaria. La construcción de la verdadera
política implica que dejemos de ser sujetos pasivos a la espera de que los
cambios vengan desde arriba, pues los verdaderos cambios serán aquellos que
favorezcan nuestras condiciones como clase, desde lo humano a lo productivo, y
serán construidos desde nuestra propia fuerza.
¡FRENTE EL OPORTUNISMO ELECTORAL, LUCHAR CREAR PODER POPULAR!
Juventud Guevarista - Chile